Las CPUs de iQ lideran el sector en prestaciones. Junto con una arquitectura avanzada de bus que permite optimizar las comunicaciones del sistema, estas CPUs ofrecen un rendimiento de inversión (ROI) con una amortización más rápida gracias a la reducción de los tiempos de ciclo y al aumento de la productividad. Las CPUs de los autómatas programables (PLCs) de iQ ejecutan sus programas en microsegundos, procesando al mismo tiempo miles de E/S. Prestaciones avanzadas de movimiento controlan simultáneamente docenas de ejes a través de la red SSCNET/III de 50 Mbits/s inmune a interferencias. En aplicaciones en el sector alimentación y bebidas, esto supone la eliminación de los sistemas de embalaje con base mecánica. Se simplifica el diseño de las máquinas, se acortan los plazos de entrega y se agilizan los cambios de tareas. Los sectores que requieren un ensamblaje automatizado se benefician de la integración en iQ de un controlador de robot con gran número de prestaciones. La combinación del control de procesos y del control discreto en el mismo sistema permite a iQ gestionar también toda una gama de aplicaciones híbridas. Incluso los sistemas complejos, tales como las líneas de transferencia, que requieren control de mecanizado, control de movimiento y control secuencial, pueden gestionarse fácilmente desde un solo controlador.