Asegurar que las operaciones se realicen de manera eficiente requiere un enfoque estratégico que implique medir, monitorear y tomar acciones basadas en conocimientos derivados de los datos. Al analizar continuamente las métricas de rendimiento, podemos identificar oportunidades para reducir el consumo de recursos, optimizar los procesos y, en última instancia, ahorrar energía. Este enfoque proactivo no solo mejora la eficiencia operativa, sino que también contribuye al ahorro de costos y a la sostenibilidad.