Hecho. Confiar en el mantenimiento reactivo cuesta dinero y tiempo.
El proceso de producción de áridos consta de activos de planta como transportadores, trituradoras, bombas y ventiladores. La pérdida de cualquiera de estos activos puede tener un efecto catastrófico en la producción de la planta y, por lo tanto, el mantenimiento regular de estos activos es esencial. El rendimiento de los activos tiene dos parámetros a tener en cuenta, que son la utilización de los activos y la disponibilidad de los mismos. En términos simples, la disponibilidad es la relación entre el tiempo de ejecución real del activo en comparación con el tiempo de ejecución planificado para ese activo. La utilización es la proporción de tiempo que se utiliza el activo, que es un indicador de cómo se planifican las tiradas de producción.
Los activos deben estar disponibles para funcionar cuando los necesite, por lo que es necesario utilizarlos para maximizar la eficiencia y gestionar nuestros costes energéticos. Tradicionalmente, en muchas instalaciones de producción, se han implementado regímenes de mantenimiento preventivo, que implican paradas periódicas programadas para llevar a cabo el mantenimiento de la planta. Esencialmente, esta estrategia está bien, ya que tiene un efecto positivo en la disponibilidad, ya que se lleva a cabo un mantenimiento regular. Sin embargo, tiene un efecto negativo en la utilización, ya que la totalidad o parte de la planta se apaga, independientemente de si todos los activos necesitan mantenimiento o no.